Eres tú el trigo dorado escogido grano a grano.
Eres tú Emiliano la mejor persona que mis ojos han mirado.
Debes estar muy contento de todo lo que en nosotros has sembrado.
Eres incesante con el mismo tono.
Cantas el mismo cantar.
Como una gota de agua monótona que cae y cae sin cesar.
Van pasando los días y no te cansar de enseñar.
Así todos lo días pero ninguno es igual.
Me enseñas a escribir.
Me enseñas a cultivar.
Me enseñas a tocar la guitarra… me enseñas a cantar.
Y cuanto más te quedará por enseñar.
Así aunque ahora mismo te fueras, yo no podría decir que te has ido, porque tú estarás siempre conmigo.
Aunque tengas cierta edad, estás nuevo por fuera y por dentro nunca envejecerás.
Yo sé lo que tú sueñas, lo mucho que nos quieres enseñar.
Como en un libro puedo lo que callas en tu frente leer.
Yo sé por qué sonríes y lloras a la vez.
A nosotros nos pasó lo mismo, porque no te queremos perder.
(Isabel Padilla Albacete)
tomado de: http://colegiogoya.wordpress.com
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